Ingredientes:
1 cucharada de ácido cítrico en polvo
3 cucharadas de bicarbonato de sodio
10 gotas de aceite esencial de lavanda
1 cucharadita de aceite de origen vegetal (o aceite de almendras)
Preparación:
1. Calienta el horno a 180 ºC. Una vez que ha llegado a esa temperatura, apagalo y coloca la lavanda, colgada boca abajo, en el horno para secarla durante 2 horas. Cuando se haya secado, quita las flores de los tallos y reserva.
2. Para la etapa siguiente necesitas asegurarte de que el recipiente que estás utilizando y tus manos, estén completamente secas – de lo contrario la mezcla empezará a burbujear. En un tazón de vidrio, mezcla el ácido cítrico y el bicarbonato de soda. Añade unas gotas de aceite de lavanda y 1 cucharadita de flores secas de lavanda, junto con el vegetal o aceite de almendras. Mezcla todo con una cuchara de metal.
3. Coloca un cortador de galletas en la parte superior de una hoja de papel para horno. Pon la mezcla en el cortador de galletas y presiona hacia abajo con el dorso de la cuchara. Para que el aceite se evapore y se forme un bloque sólido debes dejarlo reposar por lo menos 30 minutos, aunque lo ideal es dejarlo reposar durante toda la noche.
ALMACENAMIENTO: Almacenar en papel de aluminio para evitar la humedad.
VARIACIÓN: Si estás haciendo esto para los niños puedes agregar 1 / 2 cucharadita de color vegetal comestible en la mezcla para crear un efecto aún más dramático.